
Voy a regalarte el sabor de la victoria,
a colocar tus manos en el cetro del universo,
a secar cada lagrima que brote de tus ojos,
a olvidar tu lejano pero tormentoso pasado,
a concederte el mayor placer que puedo darte,
a tocar tu cara y rosarla con amor.
Voy a forjar tu felicidad en un árbol fuerte
como el roble y eterno como un álamo,
te daré cada pisca de mi vida,
para sostener la tuya.
Obtendré mil caprichos innecesarios
para conseguir tu acostumbre a las mimerias.
Y un día amor mío,
me necesitarás tanto que hasta querrás
amarrarte a mi cuerpo y vivir por siempre
mezclado con mi alma.

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